Recientemente el Diario Sur ha publicado una entrevista que le realizaron a Eduardo Serrano, miembro colaborador con Rizoma Fundación. Hoy os traemos esa entrevista, en la que habla del desarrollo urbanístico, la arquitectura y nuestra fundación.
«Ha tenido una trayectoria profesional poco convencional. Durante la década de los setenta trabajó en México D.F. en la asistencia técnica a la autopromoción y autoconstrucción de viviendas para población de escasos recursos. A su regreso a España, Eduardo Serrano, arquitecto, se dedicó principalmente a la planificación urbanística y proyectos de espacios urbanos en diversos ayuntamientos. Colabora con las universidades de Málaga y Granada y también con la UNIA. También participa en la Fundación Rizoma y en otros proyectos ciudadanos.
Usted estudia el impacto urbanístico en la ciudad, ¿de qué modo?
Fundamentalmente la alienación de la población en general respecto a las condiciones de su hábitat, y eso extendido a todo el planeta. Pero para la gente común es en la ciudad donde las posibilidades de mejora son más inmediatas.
¿Y eso cómo se traduce en lo cotidiano?
Soluciones prácticas hay muchas, la PAH ha propuesto varias, en diversos ayuntamientos se están promoviendo estas y otras. Otro ejemplo de fácil ejecución son los huertos urbanos. En otra dimensión, en la reducción del consumo de energías fósiles, las propuestas van desde lo más cercano y fácil hasta un cambio global en el paradigma económico.
En su tesis asevera que para usted lo social es territorial…
Esta afirmación tiene sentido si entendemos por territorio un compuesto de habitantes y medio habitado. Los habitantes son parte sustancial del territorio. Además formamos parte de un territorio social, cuyo medio es el lenguaje, las normas, el imaginario colectivo…, y también de un territorio físico, que va desde la habitación personal hasta el planeta entero. Lo territorial desborda a lo social.
Pero según con quien hable le dirá que la ciudad es habitable o no, ¿usted a qué tiende?
Son dos expresiones no excluyentes: sumariamente se puede decir que la ciudad la hace habitable su gente (especialmente las mujeres) y eso a pesar de que quienes deciden sobre la ciudad la entienden ahora como mercancía, es decir, como un medio donde la competitividad capitalista, la prioridad del negocio y la reducción de todo a términos cuantitativos de dinero la conforman como un espacio de sufrimiento.
¿Así lo piensa?
Pienso que el capitalismo es cada vez más depredador y va contra la vida.
En realidad es en la vivienda donde pasamos más tiempo. En líneas generales, ¿están pensadas para ello o la distribución de los espacios a veces obedece a otros motivos…?
El problema de la vivienda es muy complejo, obviamente no puede reducirse a su distribución, también está su tamaño, sus condiciones climáticas, el consumo de energía, la accesibilidad, su situación en la ciudad y, evidentemente, su precio. En cuanto a su distribución, se sigue pensando la vivienda en función de la familia nuclear tradicional y ya claramente muchos de sus usuarios no se ajustan a ese modelo. Pero este problema en definitiva procede del grave asunto de la marginación de los habitantes respecto las decisiones sobre su espacio habitable.
El arquitecto japonés Shigeru Ban afirma que la arquitectura debe servir a la población y no sólo a las grandes obras.
Más aún si las grandes obras se hacen en detrimento de la gente.
¿Y es así?
Me refiero al despilfarro gratuito de ciertas obras; son perjudiciales aunque sea solo porque se pueden hacer cosas más útiles con esa inversión.
Según el mismo Ban, la arquitectura tiene los valores de la modestia y la complejidad para hacer las cosas sencillas. ¿Cuáles son los suyos?
Lo que dice Ban está muy bien. Hay otro principio que me gusta mucho: máxima información y mínima intervención.
¿No cree que a veces se busca o se tiende a una arquitectura digámoslo llamativa que rompe la armonía del espacio?
El momento de esa forma de hacer arquitectura ha pasado, aunque la arquitectura como expresión de poder arrogante sigue existiendo. Ya no veo la arquitectura como forma, lo importante son los procesos y quién interviene en estos.
¿La transformación de lo social es una transformación de la ciudad?
Hay una ciudad de carne (social) y otra de piedra. La ciudad es un sistema complejo con dos componentes básicos en interacción, el territorio social y el territorio físico, donde a menudo los cambios empiezan en la población. Pero a veces se intentan efectos sociales actuando sobre la ciudad material. Así sucede en la mayoría de las operaciones llamadas de regeneración urbana, se aduce que ello mejora la ciudad, pero no se cuenta el coste social altísimo que suponen.
Está usted implicado en proyectos sociales como la Fundación Rizoma…
Trabajé en México en proyectos mixtos de autoconstrucción, sociales y técnicos a la vez. Veinte años después en Málaga surge Rizoma con una preocupación máxima por el modo en que la ciudad se construye y se gestiona, donde se anticiparon muchas de las cuestiones profesionales que se revelan ahora como críticas. Luego he tenido la oportunidad de participar en un proyecto tan singular como es la Casa Invisible, donde, con muchos problemas y conflictos, se intenta una creatividad social asociada con una práctica técnica igualmente creativa»
Fuente: Diario Sur http://www.diariosur.es/malaga-capital/201509/12/arquitectura-importante-procesos-quien-20150911184629.html
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