Por José María Romero* y estudiantes de la ETSA de la Universidad de Granada**

BUM
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El 7 de enero de 2016 Ana Ferrer y Javier López lanzaron una idea en la plataforma Change.org [Por un bosque urbano en los terrenos de la antigua Repsol – Málaga] que rápidamente se convirtió en viral. Su propuesta de BUM -Bosque Urbano de Málaga- [Bosque Urbano Málaga en Facebook], en los antiguos solares de Repsol, próximos a la antigua carretera de Cádiz, ha recogido hasta el momento más de 3.000 firmas de apoyo[1].
No debería sorprender que una propuesta ciudadana como ésta, nacida desde abajo, haya tenido tanto éxito abriéndose paso en el desgastado discurrir de los proyectos que vienen de arriba, sea de los partidos políticos o de las instituciones públicas. La ilusión que ha provocado en parte de la ciudadanía pudiera parecer equivocadamente que se produce sólo para luchar contra el poder de los de arriba o contra el del dinero. Sin embargo, no es únicamente por eso.

III Reunión General de la Asamblea BUM, en Cruz de Humilladero (16/04/2016)
Es difícil pensar otro proyecto para la ciudad de Málaga que pueda ser más apropiado y equilibrado que éste del BUM. Si tenemos en cuenta la crisis sistémica en la que la sociedad occidental se encuentra inmersa, el proyecto de un bosque mediterráneo en medio de la ciudad, atiende sensiblemente a las cuestiones fundamentales que deberían ser atributos de la arquitectura y el urbanismo actuales, y además, sin necesidad de inversión económica. Todo un modelo para navegar en la crisis de desarrollo y progreso sin más.[¿Dónde nos encontramos? Lugar y tiempo del nuevo urbanismo]
El BUM propone enfrentarse de manera ejemplar contra el Cambio Climático y la crisis de reducción de la biodiversidad (en este caso incluso de la local mediterránea); favorece la reducción de producción de energía al hacer innecesario el gasto energético de construir en el lugar; se enfrenta a la crisis de desigualdad social al compensar el desequilibrio existente entre las superficies verdes de la zona oeste de la ciudad y la este (tiende a equilibrar la zona pobre y superpoblada de la ciudad y la rica y menos densa); y, quizá su razón principal, favorece la idea y la práctica de la democracia en la ciudad al nacer como propuesta que guía la propia ciudadanía.

Crisis sistémica y sus reflejos (Imagen: trabajos BUM de los estudiantes de la ETSA de la Universidad de Granada, Curso 2015/2016)
ARQUITECTURA HOY: ESPEJO Y MANTO
Mies van der Rohe explicaba hace más de medio siglo que la arquitectura debía de ser un espejo de su tiempo. Mies sólo decía la mitad de lo que es, según Alejandro Aravena [La Comunidad incluida en el proceso arquitectónico. Apuntes sobre el trabajo de Alejandro Aravena, premio Pritzker de Arquitectura 2016], reciente premio Priztker. Porque según éste, la arquitectura tiene que ser un espejo de su tiempo, pero -también a la vez-, un manto que acoge a sus habitantes y al mismo tiempo les oculta el lenguaje sofisticado y exclusivo de los arquitectos que no tienen por qué entender.
En cierta medida, Adolf Loos hablaba acerca de la misma idea: sólo el monumento conmemorativo o el funerario son Arquitectura (con mayúscula), y además no están construidos para ser habitados. La Arquitectura se crea para ser incómoda (el arte debe incomodar, provocar la reflexión), pero el resto de la arquitectura (con minúsculas) debe atender a la comodidad.
Sin embargo, en nuestra época presente, espejo y manto -dos atributos que la arquitectura aportaría-, se convierten en la misma cosa. El espejo de nuestro tiempo -S.XXI-, en el que debiera reflejarse la arquitectura más actual y comprometida, es el medio socio-ambiental. De similar manera, el manto que la arquitectura debe cuidar es el propio medio socio-ambiental.

Redes ambiental y social (Imagen: trabajos BUM de los estudiantes de la ETSA de la Universidad de Granada, Curso 2015/2016)
HORIZONTE BUM
La sostenibilidad del medio es ahora un horizonte -como gustaba decir Eduardo Galeano acerca del horizonte-, que no es tanto una meta que hay que alcanzar, sino más bien una línea que guía un camino a seguir.
El BUM es una propuesta de experimentación en diferentes aspectos -todos ellos relacionados con la sostenibilidad y la reducción de emisiones de CO2-, y por ello se podría convertir en un excelente modelo de proceso autopedagógico para la ciudadanía y la ciudad de Málaga, y una ocasión excepcional para demostrar que se pueden hacer las cosas de otro modo mirando hacia un nuevo horizonte.

Red socio-ambiental (Imagen: trabajos BUM de los estudiantes de la ETSA de la Universidad de Granada, Curso 2015/2016)
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